LA REALIDAD DE NUESTRO VOTO
Estamos en un momento político electoral importante para el país, frente a la posibilidad de obtener cambios positivos que permitan brindar las garantías necesarias para dar a los ecuatorianos la oportunidad de vivir con dignidad. El próximo domingo cumpliremos con la obligación cívica de elegir a los ciudadanos que nos representarán en la Asamblea Nacional Constituyente. Nos hubiese gustado escoger gente nueva, con propuestas claras y viables, lo que le daría un matiz especial de positivismo y esperanza al futuro de los ecuatorianos.
Sin embargo, el sistema electoral a aplicarse es confuso, injusto, y a pretexto de lograr representación equitativa de las minorías, se ha retomado la vieja maña de la tradicional política ecuatoriana: el voto en plancha; frente a esto nos preguntamos ¿gente nueva encasillada en viejas prácticas?
Las buenas intenciones, el derecho a escoger, a elegir y ser elegido se truncarán por la modalidad de asignación de escaños seleccionada. Deberíamos poder escoger entre listas y entre candidatos que han ganado nuestra confianza, siendo, los más votados reconocidos como nuestros legítimos representantes.
Lamentablemente este método favorece a los partidos y movimientos como una lista, como un todo. Específicamente en Azuay, si decidimos escoger entre listas y seleccionamos de entre toda la papeleta a 5 candidatos de diferentes tiendas políticas, estaremos dándoles a cada uno de ellos apenas 1/5 de voto, disminuyendo de esta manera sus posibilidades reales de ganar. Nos permitimos hacerle una sugerencia, si usted quiere beneficiar a un candidato vote por 4 de su lista rayando uno a uno los casilleros. Si usted otorga sus 5 votos a candidatos diferentes en listas diferentes, es perjudicial para todos, con su buena intención de ayudar a varios, en realidad no ayuda a nadie, porque apoya a cada uno con menos de la mitad de un voto. Ayudaríamos mucho más, a nuestros favoritos, si escogiéramos a los candidatos de un mismo movimiento o partido obligándonos, así, a estar de acuerdo con todos quienes les acompañan.
Casi todos los candidatos, con honrosas excepciones han pedido al electorado votar en plancha, porque así los obliga la competencia con maquinarias electorales que han logrado compenetrarse en la base del electorado. Pero el voto en plancha va en contra del voto conciente y responsable y de los principios democráticos. La crisis política de la que nos quejamos con frecuencia, ha sido consecuencia de este contradictorio modo de votar.
Este será un proceso electoral paradójico donde debemos actuar con suma responsabilidad, valorando nuestro voto, vayamos a votar sin perder el optimismo, apliquemos lo que nuestra conciencia y nuestra ideología nos dicta, construyamos lo correcto; significa entonces, que votar por los mejores implica optar por una propuesta política con la que nos identifiquemos. Mónica Banegas Cedillo. Colaboración: Xavier Vázquez Paredes
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