CONCERTACION NACIONAL
La Asamblea Nacional Constituyente no solo necesita gente capacitada que elabore un nuevo texto constitucional, necesita políticos honestos dispuestos a superar las resistencias y los obstáculos interpuestos por los grupos de poder que intentan mantener lógicas tradicionales económicas y políticas. La campaña electoral muestra una inmensa fragmentación de los mensajes políticos, por tanto la Asamblea se aparta cada vez más de su razón de ser. Existe una brecha entre los objetivos democráticos que deben primar en las prácticas políticas y sus efectos reales; esto produce empobrecimiento de los contenidos y propuestas y por ende un desvanecimiento de los ideales que buscamos impregnar en la Asamblea. A decir de un reconocido experto constitucionalista, lamentablemente en varios casos, los que atacan a los mismos de siempre tienen en sus listas a los mismos de siempre. El Ecuador no soporta más dispersión, es necesario la consecución de un gran consenso, para realizar leyes más confiables, y sobretodo viables, pero esto no basta, se requiere además de un compromiso para cumplirlas, que coadyuve a un sólido y estable sistema institucional. Fomentar la construcción de alianzas entre los actores políticos que participarán en la Asamblea implica buscar un diálogo y trabajar sobre la base de un acuerdo nacional, llegar a entendimientos mínimos que propicien la tan anhelada reforma política, económica y social. Necesitamos una visión compartida, una ilusión de país con cimientos firmes, entre ellos una estabilidad política institucional, crecimiento económico sólido y sostenible, y cohesión social propiciando participación de la ciudadanía. Pero la concertación se logra con predisposición de hacerlo, dejando de lado posiciones excluyentes y de grupos, uniendo todos los pensamientos distintos en una misma Constitución, Constitución que será aceptada por los ciudadanos en tanto en cuanto no los discrimine. El gran reto está en consolidar este consenso urgente y traducirlo en apoyo a reformas que fortalezcan la democracia ecuatoriana, sin embargo, no serán tratadas y mucho menos acogidas, si en este espacio no existe un contexto favorable para dialogar, si esta convocatoria tiende a pasar por alto la gran diversidad de pensamientos y propuestas y si los cálculos políticos para satisfacer intereses en el corto plazo pasan por alto las consecuencias negativas a largo plazo de nuestra democracia. No permitamos que este nuevo proceso que pretende ser de todos, se diluya entre las buenas intenciones sin ninguna incidencia efectiva en el país. Todos somos corresponsables de la Nueva Constitución, las reformas que se realicen deben estar elaboradas buscando que los ecuatorianos tengamos una mejor calidad de vida, por tanto, votemos!! pero votemos bien. Mónica Banegas Cedillo
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