EL PODER CONSTITUYENTE
La Asamblea Nacional Constituyente es un paso trascendental en la vida política del país que implica todo un compromiso político ciudadano y un medio para recuperar un contexto local, que el neoliberalismo de los noventa parece habérsenos llevado. Planteada en ese sentido, la reforma constitucional es un puente hacia la nueva realidad política regional y mundial, pero con el respeto en el marco de una democracia plena de vigencia, donde el despotismo y la entrega de los recursos sean meros recuerdos de tiempos pasados a los que no queremos regresar.En este proceso político de transformación del Ecuador, es necesario por el momento trascendental que viviremos construir un espacio de diálogo y debate; donde los ciudadanos sean quienes analicen, juzguen y decidan sobre los cambios jurídicos, políticos, sociales y económicos que establecerá la Asamblea.El poder constituyente no encuentra su fundamento en la norma, la tarea del poder constituyente es política, por tanto el Congreso Nacional representa al poder constituido, mientras la Asamblea al poder constituyente, de ahí que su cesación en funciones fue legítima.En torno a la reelección presidencial versus la alternabilidad en la elección y representación, característica inmersa en una democracia. Las democracias deben tener un sistema electoral competitivo, esto es libre y plural. La libertad quiere decir que no existan presiones para que los ciudadanos voten y la pluralidad hace referencia a tener varias opciones que compitan por el poder político, cuando no existe ni pluralidad ni libertad se ve condicionada la existencia de la democracia. No obstante es justo, ético y eficaz optar por la permanencia en el poder, en lugar de una alternabilidad democrática. Se trata de una situación de avanzar o retroceder en la construcción de una nueva ley fundamental, que de pautas de solución, por tanto plantear la reelección por una sola vez puede ser viable.Sólo la democracia... es susceptible de una absoluta libertad, dijo Bolívar, libertad que se define como el poder que tiene cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido por la ley. En ese tenor estamos inmersos hoy los ecuatorianos, esperando que la sabiduría de Bolívar alcance a nuestros constituyentes para hacer de esta nueva carta magna una norma que nos alcance a todos, con equidad y con justicia social. Mónica Banegas Cedillo.
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